Tafí del Valle tiene una rica historia que se remonta a tiempos precolombinos.
Antes de la llegada de los españoles, la región estaba habitada por los diaguitas, un pueblo indígena que dejó un legado cultural importante. Durante la colonización española, se establecieron en la zona las primeras estancias y se desarrolló la actividad agrícola.
En el siglo XVII, los jesuitas fundaron la Estancia de San Pedro de Colalao en los alrededores de Tafí del Valle. Fue un importante centro de evangelización y producción agrícola que dejó una huella significativa en la región. Sin embargo, en el siglo XIX, las estancias jesuitas fueron confiscadas por el gobierno argentino y la zona quedó abandonada durante muchos años.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Tafí del Valle comenzó a recibir atención nuevamente debido a su belleza natural y clima favorable. Se convirtió en un destino turístico para aquellos que buscaban escapar del calor de las ciudades cercanas. A medida que la infraestructura se fue desarrollando, se construyeron hoteles, cabañas y se mejoraron las vías de acceso.
En la década de 1960, se construyó la presa La Angostura, que creó el embalse homónimo y proporcionó energía hidroeléctrica a la región. Este proyecto contribuyó al desarrollo económico y turístico de Tafí del Valle, ya que permitió la irrigación de cultivos y la generación de empleo.
Hoy en día, Tafí del Valle es reconocido como uno de los destinos turísticos más importantes de la provincia de Tucumán. Su historia, marcada por la presencia indígena, la colonización española y el posterior desarrollo turístico, se entrelaza con su belleza natural y su rica cultura. Los visitantes pueden disfrutar de la arquitectura colonial, conocer los vestigios de la Estancia de San Pedro de Colalao, y explorar los paisajes impresionantes de los Valles Calchaquíes.