Puerto Deseado se presenta como una joya escondida que combina la majestuosidad natural con la riqueza de su pasado marítimo.
La hospitalidad de sus habitantes, la exuberante vida silvestre y la fusión única de historia y naturaleza hacen de esta localidad un destino imperdible para aquellos que buscan explorar la auténtica belleza de la Patagonia argentina.
Ubicado en la cercana Isla de los Estados, es el faro más austral del mundo y un símbolo de la navegación en el extremo sur de Argentina.
Su historia es fascinante y se puede conocer a través de excursiones.
Este museo local exhibe la rica biodiversidad marina de la región y la historia de la exploración patagónica.
Destacan las muestras de paleontología y la vida marina.
Esta playa tranquila es perfecta para relajarse y disfrutar del paisaje marino. Su nombre se debe a la abundancia de almejas en la zona.
Construido en el año 1938, el puente sobre el río Deseado es un hito arquitectónico que conecta la ciudad y ofrece vistas impresionantes del entorno ribereño.
Su diseño es una atracción por sí mismo.
Los miradores a lo largo de la costa ofrecen vistas panorámicas del paisaje marítimo, ideales para avistar aves, contemplar la amplitud del océano y disfrutar de atardeceres inolvidables.
La joya natural de Puerto Deseado, esta reserva alberga una increíble diversidad de fauna marina, como pingüinos, lobos marinos y aves migratorias.
Los visitantes pueden explorar los acantilados y formaciones rocosas únicas en embarcaciones especializadas.
Ofrece información detallada sobre la historia, geología y fauna de Puerto Deseado, proporcionando contexto a los visitantes antes de explorar la región.
Construida en 1936, la Base Naval es un testimonio histórico y un lugar de interés.
Los visitantes pueden conocer la historia naval argentina y disfrutar de la arquitectura única del lugar.
Explorar la Ría Deseado en barco permite descubrir grutas, cuevas y la diversidad de la fauna marina.
Las excursiones ofrecen una experiencia única para los amantes de la naturaleza.
Ubicado a pocos kilómetros de la ciudad, este sitio resguarda troncos petrificados que datan de millones de años.
Es una ventana al pasado geológico de la región.