Tafí Viejo tiene una historia rica y variada que se remonta a tiempos precolombinos. Antes de la llegada de los colonizadores españoles, la región estaba habitada por diferentes pueblos indígenas, como los diaguitas.
La fundación de Tafí Viejo se remonta al año 1699, cuando el gobernador de Tucumán, don Diego José de Matorras, decidió establecer una reducción para los indígenas de la zona. El nombre "Tafí" proviene del idioma diaguita y significa "pueblo de frutas".
Durante el período colonial, Tafí Viejo experimentó un crecimiento lento pero constante. La agricultura y la ganadería fueron las principales actividades económicas de la zona, con la producción de azúcar y la cría de ganado como pilares fundamentales.
En el siglo XIX, la llegada del ferrocarril a la región impulsó el desarrollo de Tafí Viejo y su transformación en un importante centro comercial. La localidad se convirtió en un punto estratégico para el transporte de productos agrícolas hacia otras regiones.
En el siglo XX, Tafí Viejo continuó su expansión y diversificación. Se establecieron industrias y se promovió el turismo en la región, destacándose la belleza de sus paisajes y la hospitalidad de sus habitantes.
Hoy en día, Tafí Viejo es una localidad en constante crecimiento, que combina la tradición y la historia con el dinamismo de una ciudad moderna. Sus calles conservan un encanto especial, y sus habitantes valoran y preservan su patrimonio cultural y natural.